Tesoros Sumergidos de Egipto
Exposición prolonga hasta el 15 de noviembre 2008!
En los pasados doce años, el arqueólogo marino Franck Goddio ha descubierto testimonios únicos para la historia egipcia, que datan desde el siglo VII a. C. hasta el siglo VIII d. C., frente a la costa de la moderna ciudad de Alejandría y en la bahía de Abukir. Estas piezas de arte estuvieron perdidas en el mar durante más de mil años, como resultado de los desastres naturales. Estatuas monumentales, así como monedas, joyería y objetos de culto han sido localizados en el fondo del mar Mediterráneo, por medio de tecnología de vanguardia, y se han recuperado durante años de esforzado trabajo. Se han redescubierto nombres envueltos en leyenda, tales como el antiguo puerto de Alejandría y secciones de sus cuarteles reales, la largamente perdida ciudad de Heraclion y partes de la ciudad de Canopo.
Alrededor de 500 objetos hallados en esta espectacular excavación submarina estarán expuestos al público general en una gran exhibición en El Matadero de Legazpi (Madrid) del 16 de abril al 28 de septiembre 2008. Las piezas de arte abarcan desde los días de los últimos faraones hasta Alejandro Magno, del periodo de gobierno griego hasta la conquista romana y, luego, desde tiempos bizantinos hasta el comienzo de la Época Islámica.
Estos objetos únicos reflejan la importancia de tres ciudades que, en la antigüedad, se contaban entre los más famosos centros de comercio, ciencia, cultura y religión. Las influencias de Mesopotamia, Grecia y Roma se mezclan con la milenaria cultura antigua de los faraones. La aproximación y la fusión dieron nacimiento a nuevos modos de vida religiosa y cultural, que dejaron una huella perdurable en el antiguo Egipto.
La exposición, además, ofrece una espectacular oportunidad de indagar el fascinante trabajo de los buzos y arqueólogos marinos.
UN TRÁGICO DESTINOAlejandría, Heraclion y Canopo encontraron por igual el mismo trágico destino, ya que sectores enteros de las ciudades desaparecieron bajo el mar, como resultado de desastres naturales. Heraclion desapareció sin dejar rastro. Y ahora, más de mil años más tarde, monedas de oro y objetos sagrados han emergido de las profundidades, como mudos testimonios de los trágicos sucesos que golpearon a esas ciudades.
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